La vigilancia como arma política: Cuando la tecnología se utiliza para reprimir
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- Introducción
- La evolución de la vigilancia tecnológica
- Impacto en los derechos humanos globales
- Regulaciones y marcos legales
- Ejemplos históricos y contemporáneos
- Respuestas y resistencia
- Conclusiones
-
Preguntas frecuentes
- 1. ¿Qué es la vigilancia tecnológica como represión política?
- 2. ¿Cuáles son las formas comunes de vigilancia tecnológica utilizadas para la represión política?
- 3. ¿Cómo afecta la vigilancia tecnológica a los defensores de los derechos humanos?
- 4. ¿Cuáles son las implicaciones de la vigilancia tecnológica para la sociedad civil?
- 5. ¿Qué medidas pueden tomarse para protegerse de la vigilancia tecnológica como represión política?
- Reflexión final: El poder de la vigilancia tecnológica como represión política
Introducción
En el contexto de la defensa de los derechos humanos, la vigilancia tecnológica como represión política se refiere al uso de tecnologías de monitoreo y seguimiento para controlar, intimidar y reprimir a individuos, grupos o poblaciones enteras. Esta forma de vigilancia se utiliza con el fin de limitar la libertad de expresión, la privacidad y otros derechos fundamentales, y suele estar asociada con regímenes autoritarios o con gobiernos que buscan mantener el control sobre su población.
Definición de vigilancia tecnológica como represión política
La vigilancia tecnológica como represión política es un fenómeno que ha cobrado relevancia en la era digital, donde el uso de dispositivos y sistemas de monitoreo ha alcanzado un nivel sin precedentes. Esta práctica va más allá de la simple observación y se adentra en el terreno de la intimidación y la represión, utilizando la información recopilada para coaccionar, perseguir o castigar a aquellos que se considera representan una amenaza para el poder establecido. La vigilancia tecnológica como represión política puede manifestarse a través de la interceptación de comunicaciones, el seguimiento de movimientos, la recopilación de datos personales y otras formas de monitoreo invasivo.
Esta forma de vigilancia no solo afecta a individuos específicos, sino que también tiene un impacto en la sociedad en su conjunto, al minar la confianza en las instituciones, socavar la participación ciudadana y limitar el ejercicio de los derechos humanos. La vigilancia tecnológica como represión política representa, por tanto, una seria amenaza para la democracia y el respeto a los derechos fundamentales.
Es crucial comprender esta realidad y estar atentos a sus implicaciones, especialmente en un mundo cada vez más interconectado en el que la tecnología desempeña un papel central en la vida cotidiana de las personas.
Impacto de la vigilancia en los derechos humanos globales
La proliferación de la vigilancia tecnológica como represión política plantea serias preocupaciones en cuanto al respeto de los derechos humanos a nivel global. El uso indebido de la tecnología para reprimir la disidencia y limitar la libertad de expresión representa una amenaza directa para la democracia y la protección de los derechos fundamentales.
La vigilancia masiva y no regulada vulnera la privacidad de las personas y socava la libertad de asociación, al crear un clima de desconfianza e inhibición. Esto puede tener un efecto paralizante en la sociedad, limitando la capacidad de los individuos y grupos para participar en la vida pública, expresar opiniones divergentes y exigir rendición de cuentas a las autoridades.
Además, la vigilancia tecnológica como represión política puede tener repercusiones a largo plazo en la confianza de la ciudadanía en sus gobiernos y en las instituciones democráticas, lo que debilita el tejido social y favorece la consolidación de regímenes autoritarios. Por tanto, es fundamental abordar esta problemática desde una perspectiva global, promoviendo la protección de la privacidad y la libertad de expresión como pilares fundamentales de las sociedades democráticas.
Historia de la vigilancia como arma política
La utilización de la vigilancia como arma política no es un fenómeno reciente, sino que tiene raíces históricas que se remontan a diversas épocas y contextos. Desde la vigilancia ejercida por regímenes totalitarios en el siglo XX hasta las prácticas actuales de vigilancia digital, esta forma de control ha evolucionado con el avance de la tecnología y ha adquirido nuevas dimensiones.
En el pasado, la vigilancia política se ha utilizado para perseguir y reprimir a opositores, disidentes y minorías, con el objetivo de mantener el statu quo y preservar el poder establecido. En la actualidad, la vigilancia tecnológica ha ampliado el alcance y la eficacia de estas prácticas, permitiendo un monitoreo constante y exhaustivo de la población a una escala sin precedentes.
Es fundamental comprender la historia de la vigilancia como arma política para contextualizar su impacto en la actualidad y para analizar las lecciones que podemos aprender de experiencias pasadas en la lucha por la protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales.
La evolución de la vigilancia tecnológica
Antecedentes históricos de la vigilancia política
La vigilancia política tiene raíces profundas en la historia, con ejemplos que se remontan a la antigua Roma, donde el gobierno utilizaba informantes para recopilar información sobre posibles conspiraciones. Durante la Segunda Guerra Mundial, regímenes totalitarios como el de la Alemania nazi y la Unión Soviética emplearon extensivamente la vigilancia para controlar a sus ciudadanos y suprimir la disidencia. En el contexto de la Guerra Fría, la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de los Estados Unidos llevó a cabo operaciones de vigilancia masiva, sentando las bases para el uso generalizado de la tecnología en la vigilancia política.
La vigilancia se ha utilizado como herramienta para la represión política a lo largo de la historia, con casos notorios que han marcado épocas y generado importantes debates en torno a la privacidad y los derechos individuales.
Desde la antigüedad hasta la era moderna, la vigilancia política ha sido una constante en los gobiernos autoritarios y en momentos de crisis política, ejerciendo un control sobre la población que va más allá de la mera recolección de información.
Tecnologías utilizadas en la vigilancia política
Con el avance de la tecnología, la vigilancia política ha evolucionado significativamente. Desde las cámaras de circuito cerrado y los micrófonos ocultos hasta la interceptación de comunicaciones electrónicas, las autoridades han recurrido a una amplia gama de herramientas para ejercer control sobre la población. En la actualidad, la proliferación de dispositivos conectados a internet, como teléfonos móviles y dispositivos inteligentes, ha ampliado exponencialmente las capacidades de vigilancia de los gobiernos y otras entidades.
La tecnología de reconocimiento facial, por ejemplo, se ha convertido en una herramienta común en la vigilancia urbana, permitiendo la identificación y seguimiento de individuos en tiempo real. Del mismo modo, el monitoreo de las actividades en línea, incluyendo el rastreo de las interacciones en redes sociales y la recopilación de datos de navegación, ha elevado el nivel de intrusión en la vida privada de las personas.
Estas tecnologías, si bien pueden tener aplicaciones legítimas en la prevención del delito, también plantean serias preocupaciones en cuanto al respeto de los derechos individuales y la privacidad.
Uso de la inteligencia artificial y el big data en la vigilancia
La inteligencia artificial y el big data han revolucionado la vigilancia política, permitiendo el análisis automatizado de grandes volúmenes de datos para identificar patrones de comportamiento y predecir actividades futuras. Los algoritmos de aprendizaje automático pueden ser entrenados para reconocer actividades sospechosas o para categorizar a individuos en función de su comportamiento en línea, sus movimientos y sus interacciones sociales.
Este enfoque de vigilancia predictiva plantea serias interrogantes sobre la presunción de inocencia y la posibilidad de que las personas sean objeto de vigilancia y persecución sin causa justificada. El uso de la inteligencia artificial en la vigilancia política también plantea desafíos éticos en términos de discriminación y sesgo al clasificar a las personas en función de características como la raza, la religión o la afiliación política.
La combinación de tecnologías emergentes con prácticas de vigilancia política plantea importantes dilemas éticos y legales en torno a la privacidad y los derechos humanos, generando la necesidad de un debate informado y una regulación adecuada para garantizar el equilibrio entre la seguridad pública y las libertades individuales.
La vigilancia en línea y su impacto en la represión política
La vigilancia en línea se ha convertido en una herramienta poderosa para la represión política en todo el mundo. Los gobiernos y entidades autoritarias utilizan tecnologías de vigilancia avanzadas para monitorear las actividades en línea de ciudadanos, disidentes políticos y activistas de derechos humanos. Esta vigilancia no solo abarca las comunicaciones privadas, sino que también se extiende a la monitorización de las redes sociales, el seguimiento de la actividad en línea y la recopilación de datos personales. El impacto de esta vigilancia en línea es significativo, ya que limita la libertad de expresión, la libertad de asociación y el derecho a la privacidad de los individuos.
La vigilancia en línea se utiliza como una herramienta para coartar la libertad y reprimir cualquier forma de oposición política.
Además, la vigilancia en línea permite el control y la manipulación de la información disponible para la población.
Los regímenes represivos pueden utilizar la vigilancia para difundir propaganda, suprimir la disidencia y distorsionar la verdad, lo que tiene un impacto directo en la percepción pública y en la capacidad de la sociedad para organizarse y movilizarse en contra de la opresión política. En este sentido, la vigilancia en línea no solo restringe las libertades individuales, sino que también socava la esencia misma de la democracia y el Estado de derecho.
Impacto en los derechos humanos globales
Vulneración de la privacidad y la libertad de expresión
La vigilancia tecnológica utilizada con fines políticos representa una clara vulneración de la privacidad y la libertad de expresión. Cuando los gobiernos o entidades utilizan tecnologías de vigilancia para monitorear las comunicaciones privadas de los ciudadanos, se está socavando el derecho fundamental a la privacidad. Este tipo de vigilancia también puede tener un impacto directo en la libertad de expresión, ya que las personas pueden sentirse coaccionadas o inhibidas al expresar sus opiniones o participar en actividades políticas.
La utilización de tecnologías de vigilancia para espiar las comunicaciones privadas de individuos, sin una justificación legal clara y sin salvaguardias adecuadas, representa una clara violación de los derechos humanos. Este tipo de prácticas pueden tener un efecto paralizante en la sociedad, generando un clima de desconfianza y miedo que obstaculiza la participación ciudadana y el ejercicio pleno de la democracia.
La vigilancia tecnológica con propósitos políticos también puede tener un impacto negativo en la capacidad de las personas para buscar, recibir y difundir información, lo cual atenta directamente contra la libertad de expresión y el derecho a la información. En este sentido, se vuelve fundamental promover un marco regulatorio que proteja la privacidad de los individuos y garantice que la vigilancia se lleve a cabo de manera transparente y con estricto respeto a los derechos humanos.
Represión de la disidencia política y la sociedad civil
El uso de la vigilancia tecnológica como herramienta para reprimir la disidencia política y las actividades de la sociedad civil representa una grave amenaza para la democracia y los derechos humanos. Mediante el monitoreo de las comunicaciones y actividades de grupos opositores, activistas y defensores de derechos humanos, los gobiernos pueden ejercer un control indebido sobre la sociedad, limitando la capacidad de organización y protesta.
La vigilancia tecnológica puede ser empleada para identificar, vigilar y hostigar a individuos o grupos que cuestionan al poder establecido, lo cual puede resultar en detenciones arbitrarias, persecuciones y represalias. Esta situación genera un ambiente de temor y autocensura, impidiendo la libre participación de la sociedad en asuntos de interés público y menoscabando la diversidad de opiniones y perspectivas.
Es fundamental que se implementen mecanismos de control y rendición de cuentas para prevenir el uso abusivo de la vigilancia tecnológica con fines políticos. La protección de la disidencia política y la sociedad civil es esencial para el fortalecimiento de la democracia y el respeto a los derechos humanos en cualquier sociedad.
Consecuencias en la libertad de prensa y la transparencia gubernamental
La vigilancia tecnológica con propósitos políticos puede tener un impacto perjudicial en la libertad de prensa y la transparencia gubernamental. La intimidación y el espionaje a periodistas y medios de comunicación limita su capacidad para investigar y difundir información de interés público, lo cual afecta la rendición de cuentas y la capacidad de la sociedad para estar informada sobre las acciones de sus gobernantes.
Además, la vigilancia indiscriminada puede exponer a los comunicadores a riesgos de seguridad y coacción, lo cual afecta su independencia y la calidad de la información que llega a la ciudadanía. Asimismo, la falta de transparencia en el uso de tecnologías de vigilancia por parte de los gobiernos puede socavar la confianza en las instituciones y generar un clima de opacidad que propicia la corrupción y el abuso de poder.
En este sentido, es crucial promover la protección de la libertad de prensa y garantizar la transparencia en el uso de tecnologías de vigilancia, a fin de preservar la integridad de las instituciones democráticas y el derecho de la sociedad a estar informada de manera veraz y oportuna.
Regulaciones y marcos legales
La legislación internacional en materia de vigilancia y derechos humanos es un tema crucial en el contexto actual de avances tecnológicos. Organismos como las Naciones Unidas han establecido principios que buscan proteger los derechos fundamentales de las personas frente a la vigilancia estatal. Uno de estos principios es el reconocimiento de que la vigilancia masiva y arbitraria constituye una violación de los derechos humanos, tal como lo establece el Relator Especial de la ONU sobre la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y expresión.
Además, la Corte Europea de Derechos Humanos ha establecido que la vigilancia masiva e indiscriminada viola el derecho a la privacidad, enfatizando la importancia de contar con salvaguardas legales efectivas para proteger la privacidad de las personas en el contexto de la vigilancia estatal.
Estas regulaciones internacionales buscan garantizar que la vigilancia estatal se realice respetando los principios de legalidad, necesidad y proporcionalidad, así como garantizando la existencia de salvaguardas efectivas para prevenir abusos.
Regulaciones nacionales y su efectividad en la protección de los derechos humanos
A nivel nacional, la efectividad de las regulaciones en la protección de los derechos humanos frente a la vigilancia tecnológica varía considerablemente. Algunos países han establecido marcos legales sólidos que buscan proteger la privacidad y otros derechos fundamentales en el contexto de la vigilancia, mientras que en otros casos se han identificado vacíos legales que permiten abusos por parte de las autoridades.
Por ejemplo, en países como Alemania se han implementado leyes que imponen restricciones a la vigilancia estatal, exigiendo que esta se realice de manera proporcionada y con el debido respeto a la privacidad de las personas. En contraste, en otros países se han reportado casos de abusos de vigilancia que han tenido un impacto negativo en los derechos humanos de los ciudadanos.
La efectividad de las regulaciones nacionales en la protección de los derechos humanos frente a la vigilancia tecnológica depende en gran medida de la existencia de mecanismos efectivos de supervisión y control, así como de la aplicación consistente de las leyes por parte de las autoridades competentes.
Desafíos y vacíos legales en la regulación de la vigilancia tecnológica
A pesar de los avances en la legislación internacional y nacional, persisten desafíos y vacíos legales en la regulación de la vigilancia tecnológica. Uno de los desafíos más significativos es la rápida evolución de las tecnologías de vigilancia, lo que plantea dificultades para mantener actualizadas las regulaciones y adaptarlas a los nuevos contextos tecnológicos.
Además, la falta de transparencia en torno a las prácticas de vigilancia y el uso de tecnologías de vigilancia opacas representan un obstáculo para la rendición de cuentas y el control efectivo de estas prácticas. Esto puede dar lugar a abusos por parte de las autoridades, con impactos negativos en los derechos humanos de las personas.
En este sentido, es fundamental abordar los vacíos legales y los desafíos en la regulación de la vigilancia tecnológica para garantizar la protección efectiva de los derechos humanos en el contexto digital.
Ejemplos históricos y contemporáneos
Vigilancia en regímenes autoritarios a lo largo de la historia
La vigilancia en regímenes autoritarios ha sido una herramienta común para controlar y reprimir a la población. Ejemplos notorios incluyen la Stasi en la Alemania Oriental, cuyas extensas operaciones de vigilancia intrusiva y secreta afectaron la vida de millones de personas. Del mismo modo, regímenes como el de Nicolae Ceaușescu en Rumania y el de Saddam Hussein en Irak emplearon la vigilancia para mantener un control estricto sobre la población y sofocar cualquier forma de disidencia.
Estos ejemplos históricos sirven para ilustrar cómo la vigilancia ha sido utilizada como una herramienta de represión política, afectando negativamente los derechos humanos de las personas bajo regímenes autoritarios.
Es importante tener en cuenta que, si bien la tecnología ha evolucionado, el uso de la vigilancia con fines represivos sigue siendo una preocupación en la actualidad. La historia nos muestra cómo la vigilancia ha sido empleada para socavar los derechos humanos en el pasado, lo que nos lleva a reflexionar sobre su impacto en la sociedad actual.
Tecnologías de vigilancia utilizadas en conflictos políticos recientes
En conflictos políticos recientes, hemos sido testigos del uso de tecnologías sofisticadas de vigilancia para reprimir a la población. En países como Venezuela, China y Rusia, se han utilizado sistemas de reconocimiento facial, monitoreo de comunicaciones en línea y seguimiento de la ubicación para identificar y perseguir a disidentes políticos y activistas de derechos humanos.
Además, el uso de drones y cámaras de videovigilancia ha permitido a los regímenes autoritarios supervisar de cerca las actividades de la población, generando un clima de miedo y autocensura. Estas tecnologías de vigilancia, en manos de gobiernos represivos, representan una amenaza significativa para la privacidad y la libertad de expresión de los ciudadanos.
El uso de estas tecnologías de vigilancia en conflictos políticos recientes evidencia cómo la represión política se ha modernizado, utilizando herramientas tecnológicas para controlar y coartar las libertades individuales de la población.
La vigilancia ha tenido un impacto significativo en movimientos sociales y protestas en todo el mundo. Durante la Primavera Árabe, por ejemplo, los regímenes autoritarios emplearon tecnologías de vigilancia para identificar y detener a los activistas, limitando así la capacidad de los ciudadanos para organizarse y expresar sus demandas de cambio.
En el contexto de las protestas actuales, la vigilancia gubernamental y los sistemas de reconocimiento facial se han utilizado para monitorear y reprimir a manifestantes en países como Hong Kong y Bielorrusia. Esta vigilancia masiva ha llevado a una erosión de la privacidad y ha generado temores sobre la seguridad y protección de los derechos humanos de los manifestantes.
El impacto de la vigilancia en movimientos sociales y protestas resalta la importancia de proteger la privacidad y la libertad de expresión en un entorno cada vez más digitalizado, donde las tecnologías de vigilancia pueden ser empleadas como herramientas de represión política.
Respuestas y resistencia
Acciones de organizaciones defensoras de los derechos humanos
Las organizaciones defensoras de los derechos humanos han desplegado diversas estrategias para hacer frente a la vigilancia tecnológica como forma de represión política. Una de las acciones más destacadas ha sido la promoción de la concienciación y la capacitación en materia de privacidad digital. A través de talleres, charlas y campañas de sensibilización, estas organizaciones buscan empoderar a los ciudadanos para que protejan sus datos personales y sepan cómo actuar frente a la vigilancia no autorizada.
Además, muchas de estas organizaciones también han abogado por reformas legislativas que garanticen la protección de la privacidad en el entorno digital. Han abogado por leyes que limiten la recopilación y el uso de datos por parte de entidades gubernamentales y privadas, así como por la implementación de mecanismos de control y supervisión para evitar abusos.
Otra acción importante ha sido la provisión de asesoramiento legal y apoyo a individuos y grupos que han sido objeto de vigilancia política. Esto incluye la representación legal en casos de violaciones de la privacidad, el apoyo en la adopción de medidas de seguridad digital y la denuncia pública de casos de vigilancia ilegal.
Tecnologías y prácticas para la protección contra la vigilancia política
En respuesta a la vigilancia política, se han desarrollado y promovido diversas tecnologías y prácticas para proteger la privacidad y la seguridad de la información. El uso de redes privadas virtuales (VPN), que encriptan las comunicaciones y ocultan la dirección IP del usuario, ha sido una de las herramientas más difundidas para protegerse de la vigilancia en línea.
Además, el uso de software de encriptación de extremo a extremo, como Signal o Telegram, se ha vuelto cada vez más común entre activistas y defensores de los derechos humanos para proteger sus comunicaciones de posibles interceptaciones. Del mismo modo, el uso de herramientas de navegación anónima, como Tor, ha permitido a las personas proteger su identidad y evitar la vigilancia en línea.
Por otro lado, se han promovido prácticas de seguridad digital, como el uso de contraseñas seguras, la autenticación de dos factores y la actualización periódica de software, para protegerse de intrusiones no autorizadas en dispositivos y redes.
Debates actuales sobre el equilibrio entre seguridad y privacidad
El uso de la tecnología para la vigilancia política ha generado intensos debates sobre el equilibrio entre seguridad y privacidad. Mientras algunos defienden la necesidad de medidas de vigilancia para prevenir actos de terrorismo y delincuencia, otros advierten sobre el riesgo de abusos por parte de gobiernos y entidades con poder. Este debate se ha intensificado con el avance de tecnologías como el reconocimiento facial y la inteligencia artificial, que plantean desafíos éticos y legales en relación con la privacidad de las personas.
Las discusiones sobre la regulación de la vigilancia, la transparencia en el uso de tecnologías de vigilancia y la supervisión independiente de las actividades de vigilancia, son temas centrales en estos debates. La búsqueda de un equilibrio entre la protección de la seguridad pública y el respeto a los derechos individuales es un desafío actual que requiere la participación de gobiernos, empresas, organizaciones de la sociedad civil y ciudadanos en general.
En este contexto, la labor de las organizaciones defensoras de los derechos humanos y la promoción de tecnologías y prácticas para proteger la privacidad se vuelven fundamentales para garantizar que la vigilancia tecnológica no se convierta en un instrumento de represión política.
Conclusiones
La vigilancia tecnológica como arma política representa uno de los desafíos más relevantes en la actualidad para la protección de los derechos humanos a nivel global. A medida que la tecnología avanza, es crucial que la sociedad civil y los gobiernos trabajen en conjunto para garantizar la privacidad y la libertad de expresión de los ciudadanos. Además, es fundamental implementar acciones concretas para mitigar el impacto negativo de la vigilancia en la esfera política y social, y así proteger los derechos fundamentales de las personas.
Los desafíos futuros en la lucha contra la vigilancia como arma política requieren de un análisis exhaustivo y de la implementación de estrategias que permitan contrarrestar el uso indebido de la tecnología con fines represivos. Es necesario continuar investigando y desarrollando medidas que protejan la privacidad y la libertad de las personas en un entorno cada vez más conectado y digitalizado.
El papel de la sociedad civil y los gobiernos es fundamental en la protección de los derechos humanos frente a la vigilancia tecnológica. La colaboración entre ambas partes, junto con organizaciones internacionales, es esencial para establecer marcos regulatorios sólidos que salvaguarden la intimidad y la seguridad de las personas, a la vez que promuevan el uso ético de la tecnología.
Preguntas frecuentes
1. ¿Qué es la vigilancia tecnológica como represión política?
La vigilancia tecnológica como represión política se refiere al uso de tecnología para monitorear, controlar y restringir las actividades de individuos o grupos que buscan ejercer sus derechos políticos o civiles.
2. ¿Cuáles son las formas comunes de vigilancia tecnológica utilizadas para la represión política?
Entre las formas comunes de vigilancia tecnológica utilizadas para la represión política se incluyen la interceptación de comunicaciones, el seguimiento en línea, el reconocimiento facial y el uso de software espía.
3. ¿Cómo afecta la vigilancia tecnológica a los defensores de los derechos humanos?
La vigilancia tecnológica pone en riesgo la seguridad y la privacidad de los defensores de los derechos humanos, limitando su capacidad para llevar a cabo su trabajo de manera segura y efectiva.
4. ¿Cuáles son las implicaciones de la vigilancia tecnológica para la sociedad civil?
La vigilancia tecnológica puede inhibir la libertad de expresión, la reunión pacífica y la participación política, socavando los cimientos de una sociedad civil libre y democrática.
5. ¿Qué medidas pueden tomarse para protegerse de la vigilancia tecnológica como represión política?
El uso de herramientas de seguridad digital como el cifrado de extremo a extremo, las redes privadas virtuales (VPN) y la formación en seguridad cibernética puede ayudar a protegerse de la vigilancia tecnológica como represión política.
Reflexión final: El poder de la vigilancia tecnológica como represión política
La vigilancia tecnológica como represión política es más relevante que nunca en la actualidad, ya que la tecnología se ha convertido en una herramienta poderosa para controlar y limitar los derechos humanos y las libertades individuales.
La influencia de la vigilancia tecnológica en la sociedad actual es innegable, y como dijo Edward Snowden: La vigilancia masiva no es solo una violación de la privacidad, sino también una herramienta para el control político.
Es crucial que cada individuo tome conciencia de cómo la vigilancia tecnológica puede afectar su vida y su entorno, y actúe de manera proactiva para proteger sus derechos y libertades en un mundo cada vez más conectado y vigilado.
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